Bernard García Larraín: "El Papa está convencido de que la maternidad subrogada no es más que un negocio"

"La Iglesia, también, se posiciona en contra de la práctica de la maternidad subrogada, mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto". De este modo comienza el primero de los tres puntos correspondientes a todo lo que da de sí, sobre la maternidad subrogada, el documento ' Dignitas Infinita', la declaración de la Santa Sede sobre la dignidad humana que se hizo público el pasado lunes.

 

“El deseo legítimo de tener un hijo no puede convertirse en un 'derecho al hijo'”, se insiste en el texto, al tiempo que se certifica que la maternidad subrogada es capaz de “violar la dignidad de la mujer que se ve obligada a hacerlo o decide libremente someterse”. “El documento ayudará a combatir y abolir universalmente el mercado de la maternidad subrogada”, manifiesta en esta entrevista Bernard García Larraín (Santiago de Chile, 1990), abogado, miembro de la ONG francesa ONG Juristas pour L'Enfance y coordinador de la Declaración de Casablanca para la abolición universal de los vientres de alquiler , defendida por más de 100 expertos de 75 nacionalidades distintas.

 

- ¿Cree que este nuevo documento sintetiza bien las preocupaciones del papa Francisco en relación al mundo actual?

 

-El papa Francisco, como jefe de estado y líder espiritual, tiene preocupaciones muy profundas sobre lo que representa el ser humano, tal y como se pone de relieve en este documento, en el que aparecen diversos temas que afectan directamente a la dignidad de las personas. Este mismo mes de abril, con motivo del congreso internacional que celebramos en Roma, pudimos reunirnos con él en una audiencia privada, así como el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, y comprendimos que conoce la temática y que, en este sentido, ésta se encuentra en pleno auge en la actualidad. La Santa Sede también es consciente de que este negocio mueve millones de dólares en todo el mundo y cada vez moverá más.

 

- ¿Qué les dijo el papa Francisco en esa audiencia que mantuvieron con él?

 

-Que es un tema que le preocupa. Mucho. Tras concedernos la audiencia a través de nuestra portavoz, Olivia Maurel, feminista, que no es creyente y nacida por maternidad subrogada, el Santo Padre no se cansó de repetirnos, en dos o tres ocasiones, que esto no es otra cosa que un auténtico mercado. Por otra parte, nos quiso explicar cómo las madres, una vez tienen sus hijos biológicamente, siguen manteniendo en sus cuerpos células de éstos y que, por tanto, el vínculo que hay es mucho mayor de lo que se puede llegar a imaginar. Es un razonamiento que nos sorprendió bastante, y, en este sentido, hasta entonces no sabíamos que el Papa llegara a mostrar una aproximación tan fiel a esta cuestión.

 

- ¿Las denuncias y exigencias recogidas en el documento suponen una actualización natural y correcta del magisterio de la Iglesia?

 

-Sí, totalmente.

 

- ¿Por qué cree que el tema de la maternidad subrogada debe verse y analizarse desde la óptica religiosa, más allá de la política?

 

-La maternidad subrogada, tal y como es abordada por el Papa, es observada desde la dignidad humana, es decir, sin centrarse en argumentos religiosos: la visión que se obtiene es una visión objetiva hecha desde este punto. En él, se habla del niño como un objeto (como si fuera un elemento de venta o de una transacción) y se habla de la madre como un medio de producción. La maternidad subrogada puede ser tratada desde diferentes ópticas, como la política, la médica o la legal, pero creo que haciéndolo desde el bando de la dignidad humana es una buenísima forma de actuar. Esta invitación hecha a la comunidad internacional por parte de un jefe de estado como es Francisco puede ayudar a abolir la maternidad subrogada, y éste es el objetivo que perseguimos.

 

- ¿Qué repercusión podría tener el documento en términos jurídicos a nivel internacional?

 

-Creo que este documento, como ya dije a los periodistas de Vatican News, es un impulso a este movimiento que busca establecer un tratado internacional para abolir universalmente la maternidad subrogada. El Papa nos dio su apoyo, puesto que, según dijo, se trata de un trabajo muy importante. Esperamos, pues, que haya más estados que quieran sumarse a esta causa, la de promover una conversión internacional en este terreno.