Una oración para cada día de la primera semana de Pascua de resurrección

Primer día: Domingo de Pascua

 

María Magdalena fue al sepulcro al amnecer en la mañna, cuando aúnetaba oscuro (Jn 20, 1-9)

 

Este es el día de todas las novedades.

Todavia está oscuro

y el corazón de María continúa triste.

Pero Dios prepara, para ella y para ti, una gran sorpresa.

Enorme. ¡La mayor!

Jesu resucitado ha vencido al mal y a la muerte.

Por todos nosotros.

Para siempre.

 

 

Todavía está oscuro,

pero ya veo tu luz, Señor.

Todavía hay mucho egoismo a mi alrededor

y dentro de mi corazón,

pero el sol de tu amor ya brilla alto y fuerte.

Todavía es de noche,

pero siento que el día de tu alegría

está a punto de llegar.

Para todos.

 

Segundo día: Lunes de Pascua

 

No temáis...  (Mt. 28  8-15)

 

Jesús resucitado está ahí.

Sentimos una enorme sensación de alegría y de fiesta.

Pero también de responsabilidad:

ahora, mi vida puede y debe ser diferente.

A aquellas mujeres que lo encontraron, y a ti, Jesús vivo nos deja palabras de ánimo:

"Fuera con los miedos, las vacilaciones y resistencias".

Si vives por la fe, ya no debes tener miedo.

 

 

Quiero vivir al ritmo de la luz,

de la fiesta y de la alegría

que tú ofreces, Jesús vivo.

Y quiero contagiar a mis amigos

con esa energía.

Quiédate a mi lado.

Cuando la duda y el miedo me tienten,

apóyame con la luz  alegre de tu Pascua.

 

Tercer día: Martes de Pascua

 

Convertíos y pedid cada uno el bautismo, en el nombrec de Jesucristo, para la remisión de sus pecados ...(Hechos 2 36-41)

 

¿Qué hacer después de la maravillosa vida de Jesús, de su muerte y resurrección?

Convertirse. Cambiar.

Abandonar el antiguo estilo de vida.

Unirse, con entusiasmo, a la causa de Jesús.

Ser bautizado.
Aceptar, con y como Jesús,

que nuestra identidad nás prufunda

es ser hijos amados de Dios.

Hacer la experiencia de que el mal

que antes nos dominaba,

ya no tiene poder sobre nosotros.

 

Gracias, Señor de la vida, por mi bautismo.

En tu nombre, Padre creador, fui bautizado.

En tu nombre, Jesús salvador, fui lavado.

En tu nombre, Espíritu de amor,  fui purificado.

Gracias, Dios mío, por mi nueva vida.

 

Cuarto día: Miércoles de Pascua

 

Contaban (...) cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan (Lc 24, 13-35)

 

 

¿Dónde puedes encontrar a Jesús

resucitado hoy?

Hoy está de moda decir que todo lo importante

que sucede nace en nuestro corazón

o en la cabeza de cada uno.

Pero las verdades de fe son mayores

que tu cabeza o tu corazón.

Los discípulos de Emaús, después de estar con Jesús,

sienten la urgencia de estar

nuevamente  con los otros discípulos. En Iglesia.

Y cuentan cómo fue en la Eucaristía,

al partir el pan,

que reconocieron a Jeasús.

 

 

Estás aquí, Jesús,

hijo de Dios vivo,

vencedor contra la muerte.

Creo que viniste para salvarnos.

Estás presente en la Eucaristía.

Por amor tequedas con nosotros para siempre.

Bendices a los que te visitan

y escuchas el corazón de los que te adoran.

Quinto día: Jueves de Pascua

 

...¿Por qué os turbaís y tenéis miedo?

...¡Tocadme y mirad! (Lc. 24,  35-48)

 

¿Es realmente verdad?

¿De verdad va en serio esto del Evangelio y la Resurrección?

¿Será que Dios ha vencido realmente la muerte?

¿O todo esto es una invención de nuestros deseos

Si tuvieses el valor de encontrarte con Jesús resucitado,

de tocarlo,

experimentarás la verdad.

 

Tú, Jesús, no eres un recuerdo histórico.

Eres una presencia viva que se deja encontrar.

Y en este encuentro, dejas algo de ti en nuestro corazón,

paz interior, esperanza valiente,

amor creativo.

 

Sexto día: Viernes de Pascua

 

¿Tenéis algo d comer?

Ellos contestaron: No,

Echad las redes  a la derecha de la barca y encontraréis. (Jn. 21, 1-14)

 

A veces es frustrante.

Ponemos toda nuestra energía, toda nuestra buena voluntad...

y las cosas no funcionan así.

Quizá nos falte seguir las instrucciones de Jesús:

echar las redes hacia el lado que recomienda.

Es su presencia,

vivo en vosotros,

lo que marca la diferencia,

lo que convierte una noche dura e inútil  en una red llena y abundante.

 

Señor Jesús, cuando estoy desilusionado,

viendo mis redes vacías,

hazme escuchar de nuevo tu voz.

dime hacia dónde lanzar tus redes.

Ilumina mis prioridades.

señala rumbos para mi vida.

 

Séptimo día: sábado de Pascua

 

Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído

(Hechos 4, 13-21)

 

Cuando te encuentras con Jesús,

la fe se vuelve contagiosa.

Hay un impulso interior para compartir la alegría

y la satisfacción que experimentamos.

Algunos de los que te escuchen no lo entenderán ni aceptarán.

A pesar de eso,

no popdemos no callar lo que hemos visto y oído.

 

Señor Jesús, hermano y salvador nuestro:

que mis gestos  digan la alagría de la Pascua.

Que mis palabras siembren esperanza.

Que mis valores y opciones

testimonien la fuerza de tu resurreción.