¿Cómo se aprende a nadar? Nadando.
¿Y a orar? Orando.
Para eso hay que tener ganas o necesidad... Bueno, más ganas que necesidad.
Y eso se tiene, se adquiere, se le pega a uno...
Con el acompañamiento de los padres y de la parroquia es como nuestros niños aprenden a orar. ¡Es imprescindible la ayuda de los adultos! a gusto.
Los libros que ofrecemos son "materiales" para facilitar la oración. No sustituyen al acompañamientos de los padres o quizás de los abuelos. ¡Ayudemos a nuestros niños a encontrarse con Dios, nuestro Padre!