"Hoy me siento orgulloso de ser seguidor de Jesús"

 

 


Oscar es un joven de 21 años, estudiante de ingeniería y en la  actualidad monitor de un grupo de adolescentes de nuestra parroquia. Llegó  con su familia de Cataluña con 12 años e inmediatamente se integró en nuestra Comunidad. Tras un un recorrido de cinco años se confirmó y asumió gozosa y personalmente la fe que le había transmitido su familia. Así lo afirma: "Antes me daba vergüenza decir que iba a misa y que iba a "confirmación".Y pasé de eso a sentirme orgulloso de ser seguidor de Jesús".

 

Nací en una familia cristiana. Desde pequeño he escuchado sobre Jesús y su historia, pero no fue hasta que crecí que lo empecé a vivir.  Fui bautizado a los pocos meses de nacer y cuando tuve edad realicé la primera comunión, a diferencia de muchos amigos de la época yo no lo hacía por los regalos; no me cuestioné el porqué realizarla, para mí era un paso natural en mi vida.

 

Fui creciendo y mi relación con Dios variaba por temporadas, alejándome o acercándome a él según en qué momento me encontraba; estos periodos duraban varios meses, supongo que era cosa de la edad y de cómo fluyeran las cosas a mi alrededor.

 

De todas formas, Dios siempre ha estado ahí, lo tenía presente pues desde que tengo uso de razón, mi familia y yo no hemos faltado a misa un domingo excepto en contadas ocasiones. Esto me ha permitido contemplar la magnitud de la fe cristiana pues en los viajes, en muchas ocasiones hemos asistido a misas en otros idiomas, y a pesar de solo entender unas pocas palabras, podía entender el mensaje que se transmitía.

 

A los 12 años mi vida cambió por completo al irnos a vivir a Bilbao. Para mi supuso un fuerte cambio, pero al cual me supe adaptar bastante bien. Al poco de llegar, conocí la Parroquia del Corpus Christi, y junto con un buen amigo empezamos nuestro proceso de Confirmación, aunque al principio fui empujado por mis padres.

 

Gracias a mis monitores (Iñigo, Lorena y Edu) pude conocer a Jesús como nunca. La historia, parábolas y demás hechos históricos de Jesús los había aprendido en la escuela y los domingos, pero no sentía la fe en mí. Durante mi proceso de confirmación fui madurando mi fe a la vez que yo también maduraba, entendí muchas cosas que había sentido, pero no comprendido y me acabé convirtiendo en un seguidor de Jesús. Hasta ese momento me daba vergüenza decir que iba los domingos a misa y que iba a confirmación, y pasé de eso a sentirme orgulloso de ser seguidor de Jesús. Un aspecto que me fascina de Jesús es su ética y empatía. La manera de relacionarse con el resto, de ser uno más y ponerse en la situación del más desamparado.

 

Gracias a los grupos de la parroquia me sentí arropado y perteneciente a una comunidad, y es algo que pienso a menudo cuando veo a la gente reunida en misa y pensando que todos estamos allí por una misma persona que cambió nuestra vida por completo.

 

Son varias las ocasiones que he sentido a Jesús muy cerca de mí, una de ellas fue al volver de las primeras convivencias con la parroquia; a pesar de volver agotado, durante los siguientes días sentía una sensación desconocida para mi hasta el momento, la cual me llenaba de vida de energía y me transmitía paz. Fue una sensación indescriptible que me hizo sentir a Jesús a mi lado de una forma muy intensa.

 

En mi opinión el conocer verdaderamente a Jesús no es un proceso meramente teórico que se aprenda leyendo, sino que hay que vivirlo para comprenderlo.

 

Solo tengo palabras de agradecimiento hacia todos aquellos que me han ayudado a vivir y a encontrar mi fe y a Dios. Me he dado cuenta de que la fe es mucho más intensa cuando se vive en grupo y se comparte con más gente.